Olga Santisteban

Libertad

Es la palabra «mágica» del momento, se ha convertido en una especie de «mantra» y hasta de «amuleto», como si nos fuese o les fuese la vida en ello, a la hora de pronunciarla o «enarbolarla», hablemos de libertad. De ella han hecho políticos de toda clase y condición y hasta los «sufridos» ciudadanos de este país y el mundo en general, convertir uno de los «bienes» más preciados, del que se ha dotado la humanidad, en una palabra «banal» y hueca. Ya parece que todo vale, cuando queremos de verdad ejercerla, olvidando o obviando que tal vez nuestra libertad, termina cuando empieza la del prójimo mas cercano. Ignoro ahora mismo si todos o todas, que la «enarbolan» con tanto entusiasmo, saben si cabe su verdadero significado ( que seguro la inmensa mayoría sabrá) Tal vez muchos de ellos y ellas, desconozcan por edad o lejanía en el tiempo, que allá por el año 1976, una canción, Sin ira libertad o libertad sin ira, se convirtió en todo un «hito» en todo un canto o himno, de la entonces transición hacia la democracia, tras muchos años de una férrea dictadura. Aquella «libertad» nos hablaba de no tener odio, de «libertad» sin violencia y por supuesto de una liberta sin ira «guárdate tu miedo y tu ira, porque hay libertad sin ira, libertad y si no la hay, sin duda la habrá» decía su famoso estribillo. Por aquel tiempo, se ansiaba libertad sin ningún tipo de revanchismo, un año más tarde se celebrarían unas elecciones, que supusieron de alguna manera la vuelta de una incipiente democracia. Necesitamos tanto como entonces, desterrar de nuestras vidas, la ira, las posturas intransigentes y las formas intolerantes y sobre todo recuperar respetos mutuos. Si bien es cierto, que también hemos pasado por tiempos «oscuros» recordemos si es posible, cada vez que usemos esa «libertad» aquel espíritu, de «sin ira libertad».

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