No es nada sorprendente que una monja dominica contemplativa, como Sor Lucía, de origen argentino, que reside en el Principat, desde hace años, cuya misión principal es el activismo religioso y social, que se la ha distinguido con diversas condecoraciones, haya votado a Milei. En definitiva, Max Weber, el que mejor describe al líder carismático, de alguna forma lo compara a Jesucristo. Carisma y liderazgo, cabalgan juntos. Hace pocos años un político de la CUP, que ha estado en el Congreso en Madrid, mencionó en un momento de dificultad para tener que tomar una decisión en que las bases estaban divididas en partes casi iguales, que el liderazgo era necesario. Cuando escuché semejante argumentación, me saltaron todas las alarmas, ya que el régimen asambleario, se da de coces con los líderes carismáticos. El resultado es la situación de marginalidad en que se ha convertido, y su futuro es inexistente, ya que los nichos de votos están en los partidos de siempre, con sus mochilas repletas de dinero, junto con los esbirros de los medios de comunicación. El sociólogo turingio, describe que en un momento de cambio por Europa, en que las masas podían desenfrenarse, la necesidad de crear líderes para ilusionar y romper con el aburrimiento político de aquella coyuntura histórica, para poder profundizar en la industrialización a marchas forzadas con todo lo que conllevaba de explotación y destrucción de los oficios, y del campesinado, en meros esclavos de las máquinas que debían implementar las potencias del Continente. Por ello es necesario sorprender con críticas furibundas de la política que se quiere desterrar. Por lo tanto, es imprescindible un líder que trasmita, que tiene ideas propias, y que está dispuesto a llevarlas a la práctica, para que las masas le aclamen, y piensen que es la única solución en el momento que se quiere apretar la rosca en contra de las masas. Ahora o nunca, ya que hay un componente revolucionario. El problema que tienen estos individuos es que necesitan de las masas. En el momento que ellas lo abandonan, quedan como un mero pelele que en definitiva son esta cosa y nada más. El caso de Milei, es de libro. La clase empresarial exportadora y globalizadora argentina, que está vendiendo suelo a los grandes fondos de inversión, y a mequetrefes adinerados, necesita a un mamarracho como este personaje, para vociferar que la situación anterior era un desastre, que es de muy fácil demostración.es necesario en el contexto de transición radical y de gran dureza que implica la globalización, el deterioro climático, y la transformación energética, que las masas crean por un tiempo el discurso del líder, que en definitiva es más de lo mismo. Explotación a mansalva, empobrecimiento generalizado para conducir unos cambios estructurales sin la participación de las masas, que en realidad va en contra de ellas.

Atentamente.