Los lemas patrióticos
En las sociedades modernas se ha impuesto la cultura de los lemas y slogan como una manera de potenciar las mentes de la población en el sentido de mantenerla ocupada y amansada para evitar tensiones no deseadas por los que mandan. Se trata de evitar que la población consuma lecturas inadecuadas que corrompen, como Chomsky, Markx o Sarrionaindia, para lo cual los expertos inventan frases ingeniosas e impactantes, para que, a base de repetirlas se cree una mentalidad uniforme y superficial, sin salirse de lo políticamente correcto. Son especialmente impactantes por su sencillez y pegadizos los difundidos entre la gente de armas y policías: «Todo por la patria.» ¿Todo? ¿También la rebelión militar? Un general manco y tuerto, en estado de éxtasis gritó agresivo en un acto académico: «¡Viva la Muerte!» Vaya macabro: ¿no hubiera sido más agradable ¡Viva la vida!?
También los países «avanzados» mantienen la chusma con slogan convenientemente testados. Así, en Gran Bretaña expresan su patriotismo con «God save de Queen», mientras, han decidido salirse de la UE, que habrá que ver cómo lo arreglan. En el Imperio, además de en la Sexta Flota, el Glorioso Cuerpo de Marines y la Reserva Federal, confían en Dios al que adoran con «In God we Trust» que aparece en los billetes de banco. En Francia la «Grandeur» exalta el patriotismo, junto con cien mil policías sin rumbo como pollos sin cabeza y el bochornoso despliegue del ejército que acumula gloriosas derrotas al son de La Marsellesa, ante la Whermacht, Argelia Indochina o bombardeando Siria e Irak. Para terminar con el terrorismo con la amenaza de Mary Le Pen. En Alemania el Führer enardeció a las masas con el «Deutschland Über Alles in der Welt» y para motivar a los que iban a ser gaseados en los funcionales hornos de incineración les sugirió: «Arbeit Macht Frei».Toda esta profunda ideología, difundida convenientemente por los medios y periodistas que se revuelcan felices en las charcas corrompidas del poder son los que crean estos slogan que motivan el patriotismo de ciudadanos idealistas dispuestos a «dar la vida por la Patria», potenciando el progreso de la sociedad de forma equilibrada y con dignidad. Estos medios son los que alimentan el mito de «La Roja», del Real Madrid, cuyos jugadores son extranjeros, lo que acredita el slogan: «España no es racista», «los racistas son los nacionalistas.»