Enric Vivanco Fontquerni, Barcelona

Los mitos

Según parece las últimas palabras, del que fue ciudadano Maradona: “me encuentro mal”. No son precisamente unas palabras nada heroicas, que sirvan para recordar en su lápida. Su vida privada, fue un derroche de delitos continuados, contra su salud, y contra las mujeres de todas las edades. El problema es que un individuo de esta calaña, sea conocido, y su muerte se coloque como primera noticia de un planeta siniestro, como es el nuestro. Lo más interesante es que un personaje político como Castro, le recibiese, y los cubanos que no van muy sobrados, pagasen los tratamientos médicos y psicológicos, que este individuo necesitaba, al llevar una vida vacía y sin ningún contenido, incluido su gol tramposo de balonmano, que previamente una dictadura militar, y también alcoholizada, compró la copa para satisfacción de los idiotas de turno. También, y está mucho más en sintonía, que lo recibiese el primer jerarca del Vaticano, ya que el arrepentimiento, es fruto instantáneo para el olvido, de las palizas que hayas podido dar a cualquier mujer. Si, personalmente lo vi jugar en el equipo del cual soy socio, en recuerdo de mi abuelo, que fue unos de los fundadores del mismo. No hay otro misterio por mi parte, creo en las raíces, y en la ideología inicial del Club, que siempre las élites las han adulterado hasta la situación actual, que por mí, si esta institución desapareciese, tendría una alegría, a pesar de que sigo pagando las cuotas correspondientes. Hay un porcentaje de la población, nada despreciable, que es un auténtico lastre para poder avanzar y podernos sumergir en un mundo decente. Desde la antropología, se sabe que los mitos, son la verdadera historia, la que modula y sostiene toda la inmundicia humana. Maradona, forma parte de la misma. 

Bilatu