Javier Orcajada del Castillo, Bilbo

Macron: marcha atrás

En Francia se usa la cabeza para pensar, no para llevar la gorra, como en otros países. Después de la hazaña de cuatro policías apalizando  al   productor musical negro Michel Zegler protagonizando una violenta cacería, han sido detenidos.

Las imágenes exacerbaron la rabia ciudadana, pues coincidía con la discusión en la Asamblea de la ley de la Seguridad Global con la que se pretende limitar la difusión de imágenes de las intervenciones policiales. Una manifestación de periodistas y activistas de derechos humanos tenía lugar en protesta por la citada norma, pues es considerada una violación de la libertad de prensa.

En cambio el gobierno insiste en que «sólo se aplicará en evitación de  difusión de imágenes claramente maliciosas». Sin embargo, el Secretario del Sindicato de Periodistas, Enmanuel Poupard, manifestó que la propuesta «tiene como único objetivo preservar la impunidad de la brutalidad policial».

En unas imágenes publicadas un grupo de agentes rodean a un fotógrafo de Reporteros sin Fronteras que resulta seriamente herido de un fuerte  golpe de porra. Ante la dimensión de las protestas, el primer ministro, Jean Castex, anunció que no se sancionará la difusión de imágenes de los cuerpos policiales salvo que supongan un riesgo real para ellos o sus familiares.

La conciencia ciudadana francesa es capaz de domar el brazo violento de las autoridades que privilegian la fuerza sobre los derechos humanos.  Macron quiere copiar la ley “mordaza", española, pero a diferencia de nuestros gobernantes , allí los políticos son capaces de dominar la furia que acumulan los cuerpos policiales y de dar marcha atrás.

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