Pedro Madariaga Bilbao

Mañana, estado de excepcion legal

Estado, nación, país, que más dará si ya no participamos, eso que dicen que la hacemos todos, los ciudadanos, contribuyentes etc., no es que ya no pertenecemos a ello, sino que él nos ha expulsado, excluido de todo, todo menos de su financiación claro, nos ha expulsado, también, sobre todo lo que lleva sobre, su dirección, ideario, composición, reglas, privacidad, futuro, etc.
Cada día que vivimos en ella, nos damos cuentas de lo apartado que nos sentimos de su funcionamiento, a quien votar para ser libres o tener dignidad, a partidos políticos, no, según los mismos políticos, el voto seria, por ejemplo a jueces, o a una asociación de los mismos, los partidos políticos se ha desentendido sobre aplicar la dignidad al ser humano, sobre su ideario, organización, protesta, rabia, en lugar del estado, defensor, tenemos un tío con una espada sobre nuestra cabeza.

Lo mismo se podría decir del estado social del ciudadano, el estado cede todo bienestar social y material a entidades económicas y multinacionales, poniendo en manos de estas mafias, el poder vivir dignamente el futuro menguante o la tristeza de la noche, haz un plan para cobrar mitad y doblar al prestatario.

Seria ilusionante si la decencia llegara, también, a ellos mismos, partidos políticos, si para hacer una ley, digna o no, ponerse de acuerdo, o no, se tengan que echar un muerto, muerte inocente e cruel y en el aire por decisión judicial, a la cara, señal de amistad o enemistad macabra.

A quien votar entonces para vivir dignamente, a políticos que no fichan para entrar ni para salir, a la mafia económica instaurada e financiada por el Estado, a partidos judiciales que nos obligan en lugar de defender, a vísceras de asesinos que campan, no solo en televisiones, sino en las entrañas de partidos políticos sin pudor ni alma, Franco se atrevió a esto y nos secuestró la dignidad como ciudadanos, sin leyes, eran media docena, pero ahora, entre los unos y los otros son más y nos están preparando, legalmente, un estado de excepción y exclusión, leyes que no tuvimos parte en su elaboración y si la tuvimos nos tergiversaron con sus puntos y comas, pero que mañana, con la excepción, tampoco les haremos falta, olvidándose que la dignidad se tiene, no se adquiere por ley, un delincuente común no se atrevería subirse un peldaño más arriba, tiene dueño y es «legal».

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