Esperanza Ibiricu | Iruñea

Mi dimisión como presidenta de ANASAPS (Asociación navarra para la Salud Mental)

Tras más de 10 años dedicados de manera desinteresada a ANASAPS, he decidido poner fin a mi vinculación con la asociación. En 2008 entréen la junta directiva, en 2010 me propusieron ser presidenta y desde entonces he ejercido como tal,en esta asociación con más de 1.000 socios y 34 trabajadores. Mi única misión durante este tiempo ha sido dar luz a un colectivo desfavorecido para poder mejorar sus condiciones de vida.

Desde el inicio en mi andadura como presidenta he trabajado codo con codo con la coordinadora de la asociación, siempre he cumplido con sus planteamientos y con todo lo que ella ha decidido. Puesto que ella era la responsable y mi implicación en la toma de decisiones siempre ha sido siguiendo sus criterios.

El 16 de julio de 218 y tras una entrevista de trabajo, donde se evaluó la formación y el perfil para desempeñar el puesto de monitor de actividades, la coordinadora contrató a mi hijo. En el mes de agosto de ese mismo año, tras quedar vacante el puesto de responsable de actividades, siendo mi hijo el único trabajador que se presentó en la promoción interna y tras una nueva entrevista con la coordinadora, le vuelve a contratar para este nuevo puesto.

En diciembre y tras cuatro meses trabajando con los monitores de actividades, quienes aseguran que con él, el clima de trabajo que se respira es el mejor que recuerdan en muchos años, la coordinadora con la que había mantenido dos entrevistas de trabajo le despide argumentando su falta de formación.

Cuando gran parte de la plantilla empieza a protestar indignada por el despido improcedente, la coordinadora en un ejercicio de victimismo, me acusa falsamente de haberla presionado de tal manera, que no tuvo más remedio que contratar a mi hijo en contra de su voluntad. 

Ante este clima de falsas acusaciones y malas prácticas, que no son propias de una asociación de carácter social y ante la grave acusación hacia mi persona y hacia mi labor como presidenta de ANASAPS, el pasado 18 de diciembre presenté mi dimisión como presidenta. 

Quiero dejar patente mi decepción, desilusión e indignación hacia la responsable de coordinación y la única forma de hacerlo es expresándome y presentando mi dimisión. Espero que mi trabajo desinteresado y de gran esfuerzo hacia ANASAPS no caiga en saco roto. Eso sí, como familiar de usuario y al igual que siempre, sigo deseando lo mejor a la asociación, a los usuarios y sus familiares, a las personas voluntarias y a los trabajadores.

Gracias de todo corazón por la labor que desempeñáis.

Bilatu