Creo que es un momento oportuno para la reflexión; Lo primero, mi más sincero pésame a todas las víctimas de esta guerra.

No obstante, no puedo evitar que mi pensamiento se dirija hacia aquellas personas que sufren verdaderamente de este conflicto; los casi 500.000 muertos en la guerra de Siria, los 9.000 de Yemen, y cómo no los refugiados de distintas nacionalidades que huyen de sus casas en busca de un lugar donde refugiarse, y lo único que encuentran es una valla de espinos impidiéndoles el paso, entre otras.

No puedo evitar pensar en la hipocresía de la sociedad, y sobre todo de los gobiernos occidentales, que desestabilizan a regiones enteras a través de la financiación de guerras, mediante el suministro de armas, adiestramiento militar, potenciando golpes de estado, etc. para sus propios intereses. Y además, parece ser, que pretenden salir inmunes de ello. De hecho, los que sufren de injustificables ataques indiscriminados como consecuencia de las políticas belicistas de sus gobiernos son los ciudadanos civiles.

Hay que erradicar el terrorismo, pero en su sentido más amplio, empezando por el terrorismo de los estados occidentales que invaden y masacran la población civil en nombre de la democracia y la libertad, ocultando sus verdaderos intereses, que pueden llegar a provocan el desencadenamiento de actuaciones como las de hoy.

Basta ya de jugar con las vidas humanas, ningún principio, interés o creencia vale más que la vida de un ser humano.

Por último, cabe mencionar que la vida humana, independientemente del color, nacionalidad, o raza de la persona, tiene el mismo valor. Por si se nos había olvidado.