Javier Orcajada Del Castillo

Monumento a la memoria histórica en Portugalete

Se va a inaugurar próximamente una escultura dedicada a los hombres y mujeres que lucharon por la libertad contra el del fascismo en la Villa de Portugalete. Se denominará «Oroituz». Es una fecha señalada porque por fin se hace justicia en este pueblo que ha sido considerado como uno de los que más han sufrido las consecuencias de aquel furor de las tropas franquistas ayudadas por los colaboracionistas que se aprovecharon del miedo provocado entre la población. Este monumento es el esfuerzo de un grupo de ciudadanos generosos que han tenido que soportar la incomprensión, cuando no ser ignorados por las instituciones públicas a las que se han presentado propuestas imaginativas y razonables para recordar a las víctimas inocentes que defendieron la legitimidad de la República. En su avance como tropas victoriosas se cobraron el botín de guerra con fusilamientos sin juicio, desapariciones, pérdida de puestos de trabajo, persecución a los que se expresaran en euskara, expropiando negocios, viviendas o propiedades cuyos propietarios obtuvieron legítimamente, con amenazas veladas o públicas para crear pánico a la población. Todavía la ciudadanía del Portugalete está a la espera de que se les pida perdón por aquellas atrocidades, pero los triunfadores fanáticos de las guerras tienen siempre como soporte de su indignidad la soberbia: no lo pedirán nunca porque piensan que tienen la legitimidad que proviene de la victoria de las tropas estimuladas por mandos militares golpistas, con la ayuda de los nazis y fascistas, que llevaron a cabo afectando de múltiples formas a casi la cuarta parte de la población de la villa. A lo que hay que añadir la miserable política de los «aliados» que mantuvieron la «neutralidad», mientras la República democrática era derrocada. Este monumento servirá de reconocimiento a los portugalujos cuyos familiares requieren verdad, justicia y reparación. Sería de justicia resaltar el trabajo anónimo realizado por los promotores de este homenaje, quienes dan una muestra de su categoría humana al querer mantener el anonimato siendo ignorados por las autoridades. Pero todos los portugalujos saben quienes son y les agradecen su esfuerzo.

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