Ana Larrañaga

Nunca volveré a ver "El conquistador del fin del mundo"

Antiético- Indignante- Vergonzoso

Creía que no podía superarse el nivel de falta de compañerismo, palabrotas que incesantemente utilizan los participantes y provocaciones por parte del programa a los concursantes para que caigan en los más bajos instintos de cada uno. Pues no ha sido así, en la emisión de ayer, 19 de enero, se ha conseguido el máximo nivel de ignominia y pérdida de valores éticos.

Sucede que uno de los concursantes, Mauri, no sabe nadar o nada poco, pues bien, por alguna razón o falta de entendimiento entre su «capitán» y las reglas del juego, se tira al agua y es arrastrado por la corriente, se le ve en situación angustiosa y le piden a gritos a una de las chicas del equipo contrario le ayude, lo hace y al rato (excesivo tiempo para los televidentes, que no controlamos el tiempo real, sino solo la grabación) aparece el bote salvavidas de la organización, devuelve a salvadora y salvado a la orilla y sigue la prueba. En un alarde de búsqueda únicamente de audiencia y de demostración de «fuerza», «valor» y «arrogancia», el capitán Eneko arrastra al chico para volver a cruzar el río hasta alcanzar la escala que debe subir y a la que acaba de llegar la «salvadora», pues bien, pisan a ésta y la superan hasta alcanzar el objetivo deseado. Los chicos, ganan la prueba.

Hasta aquí lo acontecido y a partir de aquí, la vergüenza. En el equipo de las chicas alguna de ellas culpa al «puto negro» de que hayan perdido, comentarios como «¿para qué le has ayudado?», «yo no lo hubiera hecho...» y Marichalar... (también capitán): «¿qué crees que la organización va a dejarlo ahogar?, ya se hubieran arreglado..».

Por parte de los chicos: Mauri agradece a la chica y reconoce que si no es por ella se hubiera ahogado, pero aún así, pasa por encima de ella por la escala y el capitán, propone invitar a la chica a cenar. Terrible.

Y yo que creía que había que inculcar a los niños el deporte, como un arma para enfrentarse a una sociedad ya de por sí cruel y competitiva. ¿Que tipo de sociedad estamos haciendo si además de la inmunidad ante la corrupción, los tiburones financieros y los insaciables banqueros, estamos potenciando dentro del deporte el «todo vale» para ganar, y cuando se dice todo, es todo?.

No puede ser que este tipo de actuaciones se difundan y mucho menos en una cadena pública, pagada con nuestro dinero, donde la pérdida de valores es un plus para ganar audiencia. No me importa que el asunto no hubiera sido tan serio como apareció en su emisión, sabemos que se eligen los momentos en aras de la audiencia, pero es asqueroso alimentar la falta de solidaridad, de por sí obvia, por parte de los responsables del programa y lo que es peor, que a nadie le parezca deleznable.

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