Enric Vivanco Fontquerni

Ofensa racista

Pensar en el racismo, es profundizar en la especie humana. Una de las funciones de la cultura, es domesticar: las pulsiones, instintos, y conductas ofensivas hacia los otros. Si se hace un mínimo recorrido histórico, el término bárbaro, señala unas connotaciones que en definitiva quiere decir que no son como nosotros. Esto es extensivo a todas las sociedades. El exterminio en Ruanda, ¿se puede considerar un fenómeno racista, como el genocidio nazi? Los motivos siempre son constructivistas, y las explicaciones también. El exterminio de los que consideraban intelectuales en Camboya, ya que utilizar unas simples gafas, era motivo de sospecha. También fue racismo hacia los que pensaban que era un obstáculo para conseguir una sociedad ideal. Como los Rohinyá, en Birmania, o como los gitanos por Europa. Una de las sorpresas de algunos jóvenes antropólogos, que van a realizar algún tipo de investigación en Brasil, es la rica taxonomía de colores de la piel de los humanos. Por supuesto el blanco impoluto, está en la cúspide de esta clasificación. Este tipo de catálogo, permite tener una red social, u otra. Esto es racismo en estado puro.  Japón, es una de las sociedades que menos inmigración posee: ¿se puede considerar esto como algún tipo de racismo?  En sentido contrario, y en la prensa del Estado, no se trata un fenómeno muy interesante que está sucediendo hace años en la isla de Mayotte. Es necesario remontarse en la descolonización por los años 1960, que formaba parte de un conjunto de cuatro pequeñas islas. En la consulta para la independencia Mayotte, la rechazó por un 63% que quería seguir vinculada a Francia, respecto a las otras islas que con un 99% la población se quería independizar. Dejando aparte la intangibilidad de las fronteras reconocido por la ONU, el problema actual está por encima de las leyes de la ONU, que en muchos casos son injustas, e irreales. Lo que ha sucedido es que como el nivel de vida de Mayotte, es superior a la de las islas vecinas, que son un auténtico desastre social, en muy pocos años la población autóctona se ha igualado con la llegada de población de las islas vecinas. ¿Qué sucede? Que los servicios sanitarios, y sociales se han colapsado, que el nivel de robos, asesinatos, y violaciones se han disparado, esto es de fácil comprobación por las estadísticas oficiales. El problema es mayúsculo y la población empezaba a tomarse la justicia por su mano. Se ha enviado más de 2.000 gendarmes para poder apaciguar esta situación explosiva. ¿Esto es racismo?  Lo que no se puede consentir es que un niño mimado que circula por zonas que la inmensa mayoría de la población, no tiene acceso, se sienta ofendido, como Macron, que le persiguen las caceroladas y las prohíbe. El racismo se puede neutralizar con igualdad. Mientras no haya igualdad, el racismo siempre se escapará por las grietas humanas.

Atentamente.

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