Enric Vivanco Fontquerni, Barcelona

Oráculos

En el recorrido histórico de la humanidad, el futuro era la niebla que turbaba. En cambio en nuestra civilización, el futuro es la confirmación del progreso ilimitado. Los oráculos, y sus ritos se experimentaban con las vísceras de animales por medio de sus movimientos, o por la observación de la naturaleza. Cicerón, manifestaba que los arúspices, reflexionaban respecto a los rayos de los ríos para pronunciarse en los oráculos. Llevamos dos años de pandemia, y se puede observar que más información, no elimina la imprecisión del todo, lo agrava. La comunicación es meramente acumulativa, para engrasar a la masa, que como tal es olvidadiza. Como ciudadano en un rincón del Planeta, es ya necesario exigir que de una vez por todas, los medios de comunicación por lo menos los que proclaman que su objetivo es un mundo mejor y más justo para todos, que dejen de ser los portavoces permanentes, de los gobiernos occidentales, en todo su espectro. Si todavía no se es consciente de la gravedad por la que estamos transitando, se da la razón que el peor consejo es el que no se puede cambiar. Ahora los humanos estamos manejados por cuerdas ajenas cual títere. Los gobiernos respectivos se están copiando los unos a los otros, con medidas de idas y vueltas que demuestran la incapacidad congénita de resolver crisis sistémicas. Los gobiernos de turno escuchan mucho más a las clases dirigentes, como es dar más preponderancia a un sistema económico anquilosado y sin ideas, ya que todas las mismas premisas provienen de estas nefastas escuelas de negocios, productoras de un conocimiento servil y de una incapacidad para salirse del paradigma dominante, que nos ha dejado la crisis climática, con el añadido de la pandemia actual. No es ético, ni decente, que vayan pululando por los medios de comunicación los mismos expertos castrados, ya que si se salen del guion los defenestran con toda seguridad y su futuro queda al albur de la propia miseria del sistema. Es ya urgente que las voces disidentes de la forma cómo se está llevando a la práctica el poder superar la pandemia, puedan acceder a los medios de comunicación para ofrecer otras miradas en la posible solución, o soluciones. Si no hay un debate abierto de las distintas opciones, es cada vez más evidente que las que se están implementando nos llevan al desastre en cuanto a la salud pública, y en cuanto a la economía como productora del buen vivir.

En manos de los que estamos es sarcástico desear un buen año 2022.

Aun así, es lo que realmente deseo.

Bilatu