Alfonso Jesús Olaz. Iruñea

¡Padre, no me dejes que caiga en la tentación!

¡Que tú no lo quieres, aún cuándo la quieres!

Aunque esté cansado y no lo quiera

Desanimado y no lo acepte

Enfadado y Triste y no lo entienda

Que no me preocupe y confíe

Que todo pasara, como las nubes negras que pasan, para dejar paso al Sol y no hay astro de luz, sin nubes negras.

¡En la Noche Oscura!

¡Tú la pasaste, y la ganaste para mí!

¡Aunque Todo se pusiera en mi contra y ya nada pudiera cambiar!

Y de mis sentidos quedara herido

Y de inefables gemidos

mi alma quedara tocada

¡Padre, No me dejes que caiga en la tentación!

¡Aún cuándo los cielos brillen para todos y yo no pueda amarlos!

¡Y Cuando te visite la Vida!

En la Pobreza y en la Riqueza.

En la Alegría y la Tristeza

En la luz y las Tinieblas

En la Enfermedad y la Salud.

¡Ahí estás tú!

Que eres Esperanza

Aunque algunas veces no comprenda

¡Que debo pasar por todo esto!

¡Para así ser como Tú!

Olvidado y Perseguido

Que es la señal de los que te siguen.

¡Querías amar a Jesús!

Y ahora empiezas a amar la Cruz

Que para eso nacemos

Y cuando lo sabemos y aceptamos.

Entendemos un poco más

la sabiduría del corazón de Jesús, mi Padre.

Que la Cruz verdadera tiene su sentido, que no se inventa, ni se vende, ni se compra y ya no es un misterio para ello

para el aprendiz del Cristiano verdadero.

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