Enric Vivanco Fontquerni | Barcelona

Parlament de Catalunya

Hans Blumenberg, refiriéndose a Nietzsche, escribe: «¿Por qué a este Dios se le enfrían los altares, las victimas se resisten a ser sacrificadas, dejan de funcionar las pruebas de su existencia, deja de atender a los rezos y los milagros se vuelven cosa del pasado? Porque, en realidad, este Dios está muerto». Si se sustituye Dios, por los diferentes Parlamentos europeos, dibuja la situación por la que se está transitando. Un pequeño Parlamento como es el de Catalunya, que se ha de recordar, que el simple hecho para que unos camiones circulen por un tramo de autopista en su territorio, necesita el permiso de Madrid, indica que es un Parlamento simbólico y poca cosa más. Europa, refleja que la vieja política está en extinción. El Reino Unido, que nadie podrá discutir respecto a que es una democracia consolidada, y que su trayectoria diplomática es escuela para todos, los graves problemas que tiene en la actualidad por el mero hecho de salir de una organización a escala europea, abalada por una mayoría de la población que participó en una consulta vinculante. El desconcierto generalizado en la Comunidad europea, por los flujos migratorios, que no se ponen, ni se pondrán de acuerdo, por la sencilla razón, porque que hay una masa importante de población, que no quiere una inmigración descontrolada. Lo que parece que todavía no se han dado cuenta los partidos políticos en Europa, con sus graves problemas, movimientos, coaliciones, y cambios de nombres, es que se ha acabado el hacer políticas en temas sensibles para la población, que salen perjudicadas, y que la ciudadanía es consciente y no está de acuerdo, con la política permanente del ardid, porque los votantes son conscientes de ello. En el momento que un grupo de personas exclama: «el pueblo manda y el gobierno obedece», está señalando el futuro, y como dice Salustio, amigo y contemporáneo del emperador Juliano, escribió: «De aquello que jamás aconteció y aun así siempre es». Esto es lo que se ha acabado, y empiecen a tomar nota los listillos habituales. 

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