Enric Vivanco Fontquerni, Barcelona

Pasividad suicida

El factor moral de la guerra como definía Clausewitz, conlleva el peligro de movilizar las opiniones públicas, con un binarismo reduccionista y a la vez conductista. La moda de utilizar términos nuevos de prácticas que se utilizan desde el principio de los tiempos, reafirma esta moralidad tramposa que asfalta una ruta que conduce al peor destino posible. Me estoy refiriendo al concepto de guerra híbrida, que se repite de forma sistémica por todos lados. Todos estos eufemismos lo único que pretenden es engañar la radical verdad que nos es otra cosa que: guerra total. Como anunció el inefable Borrell, estamos en guerra. Con suerte este invierno podremos disfrutar de más horas para poder estar en la cama para protegernos de las inclemencias del mercurio. Nos podemos engañar todo lo que queramos, pero la situación es de guerra en los extremos, por la sencilla razón que el mundo anglosajón y la comparsa europea, no está dispuesta a construir un nuevo dibujo geopolítico, ya que el actual les va la mar de bien. Toda la verborrea de los derechos humanos, son la falsedad más gigantesca construida e idéntica a los salvadores de almas que aún se siguen canonizando. En la IGM, ningún dirigente la deseaba, lo sabemos por la abundante historiografía existente. Acabó con veinte millones de muertos. La guerra como fenómeno social es complejo y la mirada economicista no resuelve la multiplicidad de factores, porque lo humano juega un papel insondable. Respecto al pensamiento que el mercado global transformaría a los individuos como reliquias del pasado, es evidente que no explica ninguna guerra y menos la actual en Europa. Soljenitsin, en 1978 delante de los estudiantes en Harvard, mencionó: No, yo no aceptaría vuestra sociedad como un modelo para transformar la mía. Putin, considera a Barcelona, como una Sodoma bíblica. En definitiva es una mirada entre valores, y siempre los propios son los auténticos. La de los otros hay que destruirlos. Es una constante histórica. La crisis de los misiles en Cuba, en el año 1962, se consideraba inaceptable que se pudiera amenazar a USA, desde el ángulo ideológico y militar, ya que el Imperio siempre decide lo que tienen que hacer sus colonizados. Ahora se quieren incorporar a la OTAN, el instrumento militar por antonomasia, Finlandia, limítrofe con la Federación Rusa, con unos 1.300 kilómetros, de frontera directa y Suecia rompiendo 200 años de neutralidad. Si se consuma es una auténtica barbaridad que nos acerca a una guerra nuclear con toda seguridad si la Federación Rusa, se siente amenazada. En la situación actual lo peor es no hacer nada. Por supuesto que debemos reaccionar, porque son nuestros cuerpos los que se convierten en cadáveres.

Atentamente.

Bilatu