Iulen Lizaso Aldalur | Hernani

Pocas dudas

La prensa del lunes 19 abundaba sobre el tema de los presupuestos y gasto social. En lo relativo al gasto del Gobierno Vasco en RGI situaba a la CAPV en cabeza con Navarra segundo y muy alejados el resto del estado. Josu Erkoreka destacaba el alto contenido social de las cuentas, esperando una respuesta «acorde» con ese esfuerzo por parte de la oposición a la hora de apoyar los presupuestos, ya que son «los más claros y contundentes de la última década... si ya era intensamente social en comparación con instituciones de nuestro entorno, ahora es mas aún». Por definición académica: medir es comparar una cosa con otra que se toma como unidad. En términos reales (precios constantes) los presupuestos de 2019 recogen un gasto inferior a los de 2008 dado a precios de mercado de dicho año; así, se puede decir que estamos frente a una década perdida. ¿Por qué la unidad comparativa siempre hacen en euros que gasta el Gobierno Vasco en relación a otras comunidades autónomas y no en porcentaje de gasto per cápita relativo al PIB? ¿Porqué cuando menciona nuestro entorno se refiere solo a la «aldea» nacional y no a países del entorno de parecida riqueza medida en PIB? La tozuda realidad dice que en gasto social per cápita seguimos en la cola europea, detrás de la media del Estado, Grecia, Portugal y Malta. Se «justifican» porque –a pesar de los tramos infratasados para equipararnos– nuestra presión fiscal es menor que la media europea. El fraude y elusión fiscal es mucho mayor, y lo justificamos porque el número de inspectores por cada 100.000 habitantes es infinitamente menor; la equiparación además crearía empleo. Pero de manera inexplicable e inexplicada... así eligen que siga siendo. ¡Cuanto que aclarar, cuanto que debatir! Si se equiparara la presión fiscal a la media europea a la vez que servicios y prestaciones sociales, ¿quien saldría ganando, el dador o el tomador? Pocas dudas. ¿Y el debate cuando? ¿Quienes?

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