Ante la convocatoria realizada por Sarea – bajo el lema Now Euskal Herrira! – para el próximo día 10 de enero, cabe formularse las siguientes preguntas, ante la apremiante necesidad de que se cumplan los objetivos de la mencionada convocatoria: ¿Por qué los cuadros dirigentes del PNV no han convocado a todas las personas que, de una u otra forma, gravitan en torno a la formación autonomista? ¿Por qué como formación política, y en un nuevo contexto lleno de ilusión y esperanza, no han hecho ni realizado el más mínimo gesto para incentivar, predisponer o estimular a su militancia a la participación en una manifestación tan plural, donde cualquier individuo, con una mínima sensibilidad por la materialización de los derechos humanos para todas las personas independientemente de su situación jurídica y social, tiene asignado un lugar relevante y significativo? ¿No consideran, acaso, las personas que dirigen el susodicho partido que más de un cuarto de siglo de sufrimiento –que es lo que ha supuesto la brutal, cruel e ilegítima dispersión, tal y como ha sentenciado el TEDH entre otras instituciones internacionales- añadido a las increíbles y desmesuradas condenas no ha de finalizar inmediatamente?

¿Acaso los burukides están de acuerdo con la dispersión y con las consecuencias económicas, psicológicas y físicas tan traumáticas y terribles –que en ocasiones terminan con la muerte de familiares y allegados en las grises cunetas de unas inconmensurables y frías llanuras, que han de padecer todas las personas que arropan, dan calor y estímulo a sus seres queridos? ¿Las formaciones locales, los integrantes de base de la mencionada formación política, acaso no tienen la suficiente autonomía para generar un debate amplio, profundo y humano -desde una perspectiva política, psicosocial y jurídica- sobre una cuestión tan acuciante e increíblemente inhumana, como es la dispersión, que afecta de manera tan directa despiadada y atroz a miles de personas? No me atrevo, ni siquiera, a barruntar las posibles respuestas.