Qué equivocado estaba
Cuando era niño me llamaba la atención la falta de valentía y dignidad que demostraban los delincuentes comunes cuando eran pillados en una fechoría, en la que siempre negaban la evidencia, que yo achacaba a la falta de clase que tenían en esa marginalidad cutre en la que vivían.
Con el paso del tiempo me di cuenta de lo equivocado que estaba, ya que esa falta de coraje la vi y la veo también en los grandes malhechores amparados por la ley que son los de las elites políticas, financieras y Reales, de esta supuesta democracia, en la que nos dicen con un cinismo, descaro, desfachatez, desvergüenza, hipocresía desmedida y absolutamente insoportable, que todos somos iguales ante la ley, sin que se les note el descojono que llevan por dentro.