Se pasó de pedir 65 años por delito de terrorismo a concluir con sentencia que no aprecia terrorismo y una pena reducida a 12 años. Contando con que los chavales del caso Altsasu llevan ya un año y medio largo en prisión, en poco menos de 4.000 días están de nuevo disfrutando en el pueblo. La justicia ha sido benévola y les ha ahorrado 53 años de maco. Deberíamos estar aliviados, jubilosos, orgullosos incluso de comprobar que el poder judicial sigue siendo independiente del ejecutivo y es capaz de valorar los hechos tal y como se producen, sin dejarse influir por nada ni nadie, vista de uniforme, tenga dinero o ejerza presiones...

¿Cómo? ¿Que no se acuerdan del caso? Sí mujer. Sí hombre sí.

¡Vaya! Casualidades del día a día esta noticia se vio empañada, desplazada por la moción de censura a Mariano Rajoy, que supongo que no le importaría, y mucho menos ahora, lo más mínimo la resolución del juicio; por eso puede ser que se les haya difuminado de la memoria a corto plazo.

Como suele ocurrir en la gran mayoría de este tipo de circunstancias, las personas que van a seguir sufriéndolo y soportándolo cada día son las afectadas y sus familiares más cercanos/as.

La vorágine de la (intoxicación) informativa arrasa y aparta del camino de la actualidad todo aquello que se alarga más de dos semanas en el tiempo y no interesa al que maneja los hilos. Causa el mismo efecto disuasorio que un bote de humo entre la masa, que un canto de sirena en medio del silencio.

Echando una vista al calendario si se recurre la sentencia, quizá con un poco de suerte sale la definitiva para vísperas de Sanfermines y así, aunque desde el punto de vista meteorológico puede que no lleguen calurosos, ya vendrían calentitos desde Madril.

Por cierto, como no estoy en lo que tengo que estar, absorto de lo importante y urgente: ¿Qué pasó al final con Mariano? ¿Y el Real ganó aquel partido que tenía por esas fechas?

Eutsi goiari Altsasukoak!!