Eneko Astigarraga

Queridos políticos magos

Llega el día señalado y me he decidido a escribiros una carta para pediros lo que muy poca gente cree que se puede pedir a nuestros representantes públicos, igual tan sólo porque estamos tan acostumbrados a que hagáis lo que os da la gana con las promesas electorales y con las voluntades de la ciudadanía, que hemos renunciado a pediros (que debería ser una exigencia más que una petición, si es que esto es una democracia) que hagáis aquello para lo que fuisteis elegidos. Y elegidas, por supuesto.

Yo os voy a pedir que gestionéis el dinero público con tiento, con transparencia y con eficiencia. Y que lo hagáis pensando en que ese dinero con el que contribuimos todas y cada una de las personas que vivimos aquí, nos cuesta mucho ganarlo a cada una como para que andéis jugando a lo loco a financiar y sufragar proyectos y partidas que no aporten algo importante para la comunidad a la que van dirigidos.

Y os voy a pedir que no dudéis en pedir opinión y preguntar a la ciudadanía respecto a los asuntos que les afectan directamente, más allá de la consulta complaciente o de procesos de participación para la galería. La ciudadanía, en general, y las personas que solemos acercarnos a las convocatorias de participación en particular, tienen, tenemos bastante mejor predisposición al consenso y actitud constructiva de lo que muchos políticos y técnicos (también en femenino) son capaces de reconocer. Pero no nos gusta que se nos ningunee ni que se nos engañe con pantomimas ni procesos amañados.

Os voy a pedir por último que seáis capaces de mirar más allá de vuestro ombligo partidista y penséis que incluso vuestros votantes agradecerán que, desde el poder o desde la oposición, no os dediquéis a rivalizar tristemente en apariciones y comparecencias públicas, sino que seáis serias y serios en vuestro desempeño político, más allá de ejercicios dialécticos exhibicionistas o enfrentamientos chuscos y más allá de perspectivas que no alcanzan más de una legislatura.

Ya sé que es mucho pedir y que vuestra arrogancia muchas veces os impide reconocer a quién le debéis pleitesía, pero no me da la gana de estar callado y limitarme a votar una vez cada vez que se convoquen elecciones. Creo que la ciudadanía debe exigir (y yo sólo estoy pidiendo).

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