El Gobierno vasco de coalición PNV y PSE tiene la mayoría legal en el Parlamento vasco con un exiguo 26,31% del total del censo electoral de las últimas elecciones de 2020. La coalición PNV y PSE usa ese exiguo 26,31%, ignorando al 73,69% del electorado, para aplicar sistemáticamente su rodillo parlamentario, aprobar sus cuentas y vetar cualquier investigación parlamentaria promovida por la oposición, que les afecte, como es el caso de las vacunaciones irregulares en los hospitales bilbaínos de Basurto y Santa Marina, en el que PNV y PSE impidieron la semana pasada las comparecencias públicas de Jose Luis Sabas, Eduardo Maíz y otros cargos de Osakidetza. La técnica del rodillo la usan igualmente en las Juntas Generales de Bizkaia, rechazando recientemente una investigación general sobre la gestión de las residencias de Bizkaia en la pandemia, con cientos de muertos.

Sin embargo, el lehendakari Urkullu solicita al presidente socialista Pedro Sánchez cogobernanza para «gestionar/agilizar/controlar» los fondos europeos. El PNV incluso reclama tener relación directa con Bruselas. Queda en evidencia la política de coalición del PNV y PSE; donde tienen mayoría aplican el rodillo y donde no la tienen reclaman cogobernanza. Su credibilidad está enterrada en Zaldibar.