El espectáculo dantesco que están ofreciendo los partidos políticos a raíz de la sentencia Gürtel, con una escenografía y unos argumentos dignos de Moliere, en que los cabezas de lista son Tartufos, y la democracia es Orgón. El cambalache de la transición consistió en hacer negocios a escondidas, y mantener estructuras de partido en que el caciquismo navegaba por aguas estancas, para emplear a los devotos de cada camarilla. La prueba empírica se encuentra en el Principat, en el momento que hay una masa crítica que dice se ha acabado el tinglado del pujolismo, con sus negocios con permiso de Madrid y la política llevada a término por los de Unió, los del confesionario que era un hotel, el barco se hunde con un olor a pestilencia indescriptible. Esta masa crítica en el Estado no existe, ya que los leprosos que quieren construir una estructura aparte de todo este lodazal, inmediatamente salen los continuadores de la transición, para seguir como si tal cosa. Saben ellos, que Rajoy es el mejor navegante en las aguas insalubres, ya que los poderes financieros y los que tienen medio dedo de seso, recelan del partido con más esencias, que quieren entrar a saco en esta estructura maléfica, en el mejor de los casos, podría despertar a los dormidos de siempre y por supuesto no les conviene en absoluto, así que Rajoy para siempre o con su sucesor correspondiente.