Manu Ballesteros

Sociedad estúpida y cobarde

La primera cuestión para afrontar un problema que se quiere subsanar, es reconocer que se tiene, pues bien, estamos en una sociedad estúpida y cobarde, y a las pruebas me remito; en demasiadas ocasiones…

... se beneficia en los puestos de trabajo a las personas más tóxicas y gratuitamente molestas, con el único motivo de quitárselo de en medio, algo que perciben las personas normales y les produce una apatía y un desasosiego que las desmotiva absolutamente.

... se califica de más derrochador al que en sus hábitos de consumo y en sus pequeñas cosas se gasta unos pocos euros o céntimos de euro en sus disfrutes de ocio, que al que se compre un coche alta gama o disfruta de unas vacaciones de lujo; no sé, si es por el complejo y la contención de una envida mal gestionada y reprimida.

Y como podemos calificar, el que buena parte de la ciudadanía se indigne más con los pequeñas delitos económicos, pero ni siquiera pestañee cuando son noticia las grandes corrupciones, fraudes fiscales y engaños de miles de millones de euros, convirtiéndose con su pasividad vergonzante en cómplices de los grandes defraudadores, pero que intentan limpiar su mala conciencia enfrentándose vehementemente a los más pequeños delitos de cientos de euros.

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