Mikel Sarasola Manich

Soldadores solidarios por el feminismo

Estimado director del periódico, somos un grupo de jóvenes de Bilbao, Marruecos, Guinea Conacri, Costa de Marfil… y nos dirigimos a usted mediante esta carta para transmitirle nuestra opinión sobre el feminismo. Pensamos que sería bueno hacer una campaña donde todas las personas juntas nos sensibilizásemos a favor del feminismo y en contra del machismo y hembrismo. Porque el feminismo es igualdad, es como una ley: todas las personas deberíamos ser iguales. Si no lo somos es porque no tenemos las mismas oportunidades, no se nos dan los mismos derechos y libertades. Decir feminismo es como decir igualdad, y debería ser algo normal ya que para vivir en este mundo nos necesitamos mutuamente, por igual. Cada persona, sea hombre o mujer, tiene sus propias debilidades y fortalezas, y debemos aprender a tolerar nuestras diferencias porque igualmente somos seres humanos.

Muchas veces vemos como los hombres creen que son el sexo superior, ante las mujeres, porque tienen más fuerza física en los músculos. Y también creen que pueden pagar menos a una mujer que ocupa el mismo puesto de trabajo de un hombre simplemente porque el jefe es hombre. Creemos que si fuera al revés, la mujer jefa no pagaría menos al hombre trabajador. Si pudiéramos alcanzar la igualdad que busca el feminismo habría menos pobreza en el mundo, ya que la mayoría de las personas empobrecidas son mujeres.

El problema de la desigualdad existe porque nos han educado así. Hay muchos hombres y mujeres machistas, pero también las hay feministas. Según como sea un país estas diferencias son mayores o menores. En los países donde los hombres creen que son mejores y que no tienen por qué respetar la igualdad que predica el feminismo, sus poblaciones sufren malos tratos hacia las mujeres: violaciones sexuales, violencia física, etc. Incluso creen que es mejor no pensar en la igualdad porque podría crear más discusiones, como si fuera mejor que mande uno a que dialoguen los dos.

El Corán dice que todas las personas somos iguales, pero que las mujeres no pueden hacer algunas cosas, al igual que los hombres no pueden hacer otras. Al final las mujeres son las que sufren más discriminación por el simple hecho de ser mujeres. Este es el motivo que ha llevado a las mujeres a organizarse desde los feminismos. A nosotros nos gusta que todas seamos iguales, queremos que todas puedan vivir bien y no entendemos porque algunos hombres piensan que son superiores. Si nos juntáramos y nos pusiéramos de acuerdo esta injusticia podría cambiar.

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