Alfonso Jesús Olaz, Iruñea

¡Soy la humanidad del maestro!

¡Él quiere que seamos humanos, muy humanos, extremadamente humanos como Él lo fue!

Si no somos humanos, seremos robots de otros submundos, pero no seremos de Jesús.

Claro que podemos sentir y tener las mismas emociones y pensamientos que Él, de eso no hay duda alguna. Porque Él fue y es humanidad y está siempre en nuestro interior, a nuestro lado, en los cuatro puntos cardinales de nuestro ser.

¡Quiere que seamos maduros!

¡Que no nos importe el que caigamos una y dos veces!

¡Se puede experimentar la naturaleza humana de Jesús!

Ha sido como nosotros, excepto en que jamás no cayó en la tentación.

Quiere que sonriamos y reíamos abiertamente.

¡Que cantemos y consolemos en voz alta!

Que perdonemos y nos hagamos uno con el otro.

Que soñemos y dejemos soñar a los otros. Respetándonos y respetando al que no ha sido respetado.

Y llamando por su nombre al que no ha respetado.

¡Dichoso el hombre de franca mirada como el mar y amplia sonrisa como el arco iris!

¡Porque ha sabido sonreír y reírse de sí mismo, cantar y consolar en voz alta cómo la cascada al mediodía y el pájaro de la madrugada!

Ha perdonado como el rehén a su verdugo, dejándole soñar que no es culpable y queriéndole como es.

Y al Señor y Caballero, que se hizo respetar y pudo perdonar al no respetador de los malos sueños, y al que no fue jamás respetado, darle las mejores posiciones.

¡Si somos humanos, muy humanos, humanísimos, estaremos con Jesús y seremos de Él!

Y aquí está Fuertemente Jesús con su presencia.

¡No se cansa de repetirnos que seamos de carne, no de hueso!

¡Que Ser Cristiano no es una Utopía, ni se pasó de moda! Porque nunca fue el cristiano de pasarela, de modelo para que lo copiaran otros!

¡Que tenemos que oler a distancia a Plena Humanidad de la buena!

¡Y que en la distancia cortas seamos la mismísima imagen y semejanza del Galileo!

¡Que así Sea!

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