1. Es preciso recuperar la tecnología como herramienta al servicio de los profesionales sanitarios, y no, básicamente, del proceso de control externo, que tiende a cosificar a las personas.

2. Las máquinas no son humanas, ni capaces de sustituir el factor humano en las consultas.

3.- Las propuestas de intervención de los Servicios Centrales –con la IA en el horizonte–, no sustituirán nunca la eficacia de la autonomía de gestión de los profesionales bien asesorados. Se precisa recuperar las figuras integradoras, los líderes de los Servicios y a las Especialidades puente. Las sesiones clínicas promueven la comunicación y la cohesión interna de los profesionales sanitarios, cada día más divididos por la tecnificación, y la comunicación en muchos casos meramente informática entre los distintos servicios, incluso curiosamente, cada vez más frecuentemente, dentro de los mismos.

4. Porque la salud no depende de un certificado médico, y depende muy especialmente de la actitud de cada paciente, con el asesoramiento profesional médico, claro, pero sin olvidar el papel que les toca en la recuperación de su salud. Además, en muchos casos, si la enfermedad es atendida en sus primeros síntomas por médicos y terapeutas, no es una enemiga, porque nos hace más conscientes de la raíz básica (habitualmente subconsciente) de la que derivan nuestros males y problemas.