Javier Orcajada del Castillo | Bilbo

Trapero: ¡Cuerpo a tierra que vienen los nuestros!

Después de la  experiencia del referéndum de autodeterminación el 1-O en Catalunya y de la violencia de las FSE para impedir su celebración, unos dirigentes fueron encarcelados y otros huyeron al extranjero, el Supremo les sometió al juicio vengativo del Procés dirigido con saña por Marchena, que sentenció a todas y todos los acusados a desproporcionadas condenas… La aplicación del 155 supuso la destitución del mayor de los Mossos d´Esquadra, J.L Trapero. El tribunal de la Audiencia Nacional dirigido por Concha Espegel en reciente sentencia le ha declarado inocente de todos los cargos que se le imputaban y ha aceptado volver a su anterior puesto.

En el juicio ante la AN se manifestó sereno y con convicción. Pero introdujo una novedosa tesis: «tenía decidido desde el primer momento defender la legalidad vigente emanada del TSJC, para lo cual diseñó un plan para, si el Parlament proclamaba la DIU, procedería a detener a todos los políticos que se opusieran a la citada legislación». Ello supuso para la AN quebrar la fortaleza e inteligente argumentación de los abogados de los condenados en el Procés. Así que hay que reconocer que vale más una amenaza velada pero eficaz de las duras penas que le pedía la fiscalía, que las de los abogados de los condenados en  el Procés aunque estuvieran inspirados por el Espíritu Santo. La absolución y reposición de Trapero es una muestra del maquiavelismo de la justicia de autor. Ahora la ambigüedad de la lealtad de los Mossos d´Esquadra queda disipada gracias a la oportuna sinceridad de Trapero.

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