Enric Vivanco Fontquerni | Barcelona

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Todo mensaje aunque sea corto, necesita de una lógica argumental, y no descalificaciones que no se tiene en pie. La alcaldesa Colau recrimina al president Torra por no aprobar unos presupuestos muy beneficiosos para las clases más desfavorecidas, y que comporta una irresponsabilidad, ya que provoca unas elecciones, en la que pueden ganar sus contrincantes políticos. Si algo se ha de exigir a los representantes de la ciudadanía es coherencia y conocimientos. Si se molesta en consultar la opinión de los economistas que solo ejercen su profesión, sabría que el incremento del presupuesto, no coincidía con el aumento de los impuestos, sobre todo en lo concerniente a las grandes trasnacionales, que lo valoraban en un 20% de lo establecido. De todos modos, lo prometido queda en una voluntad teórica. Aun suponiendo con muy buena fe, que se cumpliese hasta el último euro lo programado, unos presupuestos nunca han resuelto los problemas estructurales de las clases más desfavorecidas. Los políticos, que dudan de su propio proyecto, lo mejor que podrían hacer es reconfigurarlos y no culpar al electorado porque no los vota, ya que están más informados de lo que suponen algunos de ellos. La pregunta a responder, es: ¿si son unos presupuestos tan extraordinarios y tan útiles para la mayoría de electores, porqué duda que no los votará la población? El Presidente del Gobierno, se comprometió en buscar una solución política, al tema del Principat, el hecho demostrable, es que no ha ofrecido nada más, que los coros y danzas habituales, en el marco mental del Estado. Otro ejemplo, que resume una visión muy extendida en los partidos de derecha, es el enviado por Rosa Díez, una política que ha picoteado diversos estamentos políticos e instituciones. Escribe, que el «Estado de derecho está para garantizar la ley, no para proteger los sentimientos», refiriéndose a que Junqueras, que ha repetido en infinidad de ocasiones y en marcos muy diversos que: «ama a España». Debería reflexionar, que no se conoce ningún ser humano que no tenga sentimientos, y cuando esto sucede la exclusiva la tienen los psicópatas, que no tienen la menor empatía para nada ni nadie. Unas leyes sin sentimientos, son unas leyes injustas, porque no son humanas. 

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