Javier Orcajada Del Castillo

Un bingo ilegal

No siempre son criticables las medidas que adopta el gobierno para luchar contra la crisis y para que todos los ciudadanos contribuyan con sus impuestos a soportar con equidad la carga fiscal de los servicios público. El gobierno se ha tomado en serio por fin la lucha contra los defraudadores fiscales y la represión de la economía sumergida.

En un pueblo de Murcia se ha abierto inspección a un bingo clandestino organizado en los locales del hogar de jubilados no legalizado. Según se ha sabido, lo habían montado entre las personas mayores sin pagar los impuestos correspondientes. Parece ser que la línea se premia con 2 € y el bingo con 2,5 €. Y todo ello sin tener el permiso de apertura exigido ni la retención del impuesto correspondiente a los premios, como se denuncia en el expediente sancionador. Como es habitual los participantes habituales en el juego se han apresurado a poner disculpas, como que se trata de pasar el tiempo o que al cabo del día se juegan ocho o diez apuestas cuyos premios en conjunto podría elevarse a unos 30 €.

La UDEF lo ha calificado de delito fiscal, por lo que se les investigará con rigor para ejemplarizar. Montoro se ha mostrado tajante: el tiempo de la impunidad fiscal se perseguirá. Ha recordado el rigor de la intervención de Rato cuando en las Cortes declaró tajante que «en España el tiempo de dinero B y la corrupción se ha acabado, pues lo que unos defraudadores eluden  –afirmaba– debemos soportarlo los ciudadanos honestos que cumplimos con nuestras obligaciones fiscales». Y su actitud de no tolerancia es recibida con satisfacción por la población. No cabe duda que la regeneración de la gestión pública en general y de la administración de los fondos público que ha materializado Montoro ha supuesto un cambio que va a lograr reducir las desigualdades.

«Quien la hace la paga», tal como exigió el ejemplar Francisco Granados. Aunque sin perder el sesgo humanitario de Rajoy enviando un whatsapp a Bárcenas con el estimulante «sé fuerte, Luis, ten paciencia». Sin olvidar la clarividencia de Cospedal defendiendo al PP con su elocuente «la indemnización por despido en diferido». Los abusos de los ancianos que se divierten en el bingo sin legalizar deben ser perseguidos con rigor. Así se está regenerando la conciencia fiscal de los españoles.

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