Enric Vivanco Fontquerni, Barcelona

Una propuesta

El espectáculo deportivo actual que mueve una ingente cantidad de dinero por todo el entorno, ya que no solo se lucran los practicantes, sino también una turba que pulula por todo este tinglado, incluido los medios de comunicación. La maquinaria está lubricada, por una serie de inversores opacos, como es el capitalismo más descarnado, con el añadido de una serie de patrocinadores, con la novedad de los países petroleros, y de unos medios de comunicación, que constantemente van echando gasolina, a este infierno cuyo resultado es que el deporte se ha prostituido en su íntima esencia. La práctica deportiva solo queda en manos individuales que de forma secreta lo practica, ya que el resto no es deporte, es una mercancía para consumir y engordar a todo un sistema que anula la discrepancia, y el pensamiento que su objetivo es conseguir la verdad. Se vive en un mundo equivocado en lo más profundo, ya que siempre y en todo lugar se tiene la idea que lo que importa son los resultados. Esto ha llegado hasta en las escuelas, con la enseñanza a través de objetivos, una aberración monumental. Lo que libera y lo que en realidad es imprescindible para poder avanzar, es la acción, sin poner en cuestión los resultados inmediatos. Las Olimpiadas, es un monstruo demoniaco, que destroza a los participantes y a los bobos que la siguen. El fútbol, que es un elemento central de esta Europa guerrera, cuya cúspide son los diferentes clubs, que la pueblan. Existe una competición estrella que es la Copa de Europa. Hay un equipo que dispone de más títulos con diferencia respecto a los demás, que ha conformado una retórica tramposa, ya que todo el tinglado es una red de engaño, que empieza con los sorteos en los emparejamientos, que se podría considerar como los pioneros en aplicar la IA, ya que las bolas son circuitos impresos de estas neuronas sublimes. Por ello es fácil hacer una propuesta, que dignificaría en parte a la competición: Dar como ganador perpetuo al que dispone de un mayor número de Copas, y dejar al resto competir con una igualdad en los emparejamientos, y el poder disponer de unos arbitrajes decentes, retirando a los jueces fáciles de corromper, como sucede con una inusitada frecuencia. El truco para ganar la competición es llegar a la final, que en la mayoría de las veces los encuentros previos están plagados de unos arbitrajes escandalosos, que a los cinco minutos el olvido es el equivalente al de la pandemia vivida, que no ha existido, y que ahora nos dicen que su gestión fue una filigrana repleta de éxito. Increíble. Así que la propuesta no es otra que haya un ganador a perpetuidad y que el resto pueda jugar en igualdad de condiciones, cosa que en la actualidad no sucede, ni ha sucedido nunca.

Atentamente.

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