La UPNA frecuentemente menciona como objetivo la mejora de la calidad del servicio público que presta.

Pues bien, dos casos significativos que han ocurrido en la Universidad Pública de Navarra dejan bien a las claras que una cosa es predicar y otra dar trigo.

1. Existen plazas del Personal de Administración y Servicios que quedan vacantes debido a excedencias (en algunos casos el 40% de una Sección) que no son cubiertas, así como tampoco reducciones de jornada de hasta el 50%.

Estas situaciones repercuten tanto en un descenso de la calidad del servicio público prestado como en un importante aumento de la carga de trabajo del personal.

Dado que dichas plazas están presupuestadas, ¿a dónde va ese dinero que la UPNA, de forma injusta, ahorra en el capítulo de personal?

Si el objetivo es dar un buen servicio no entendemos cómo se puede lograr con estos recortes de personal.

2. Por otra parte, la UPNA ha incurrido en una irregularidad manifiesta al sustituir a una persona que ocupa una plaza con perfil lingüístico en euskara con una persona que no acredita dicho perfil.

Las argucias legales que han utilizado para ello no suponen más que un claro ejemplo de fraude de Ley y, desde luego, un claro ejemplo de desidia por parte de esta Universidad respecto del euskara y de los derechos lingüísticos de la ciudadanía.

Desde el sindicato LAB denunciamos estos hechos y exigimos a la UPNA que revierta las situaciones planteadas.