Una vez más el Lazarillo nos viene a visitar para mantener nuestro prestigio de pícaros de fama mundial ganada gracias la literatura de nuestros genios de la sátira: Lope de Vega, Arcipreste de Hita, Cervantes entre otros. En Castilla-La Mancha se votaban los presupuestos para el año actual. El ambiente era relajado, pues estaban pactados con otros partidos de la oposición. Pero, en la votación uno de los partidos que habían pactado a favor cambió de criterio y no obtuvieron la mayoría pactada. Tal fue la sorpresa que el Presidente de las Cortes, incrédulo, preguntó a los «traidores» si se habían equivocado. Así, el Presidente de la Comunidad, García-Page, comprueba en sus carnes la crueldad del adagio: «esperar ver pasar el cadáver de tu enemigo». Ha reaccionado ofendido porque siempre se ha considerado el adalid del político honesto, distinguido por su seriedad y lealtad en defensa de la verdad y la justicia. Tal como sucedió en la carnicería en Ferraz para destituir al secretario general del PSOE, elegido democráticamente por las bases. García-Page fue el cabecilla del complot vergonzante que finalizó con la abstención del PSOE en el debate de investidura a favor Mariano Rajoy, del partido corrupto PP. Ahora el Presidente de Castilla-La Mancha va a saborear el amargor que producen las traiciones y comprueba que la traición tiene patas muy cortas. Podemos había reservado al PSOE esta sorpresa y ahora vienen las lamentaciones, venganzas y luchas subterráneas, incluso podría ser que el barón y muñidor de la puñalada a Pedro Sánchez, García-Page, pase a la oposición por creer querer ser un cisne, cuando realmente es un pato. García Page se vino arriba al ver pasar por delante de Ferraz el cadáver de Sánchez. Esos espectáculos no suelen ser gratuitos y a veces un pequeño detalle se vuelve contra el verdugo al llegar la hora de los cuchillos largos. La realidad es que la galería de presidentes de esa comunidad es para una tesis doctoral, pues Pepe Bono, Barreras, Cospedal y don Emiliano siguen pensando que esa comunidad es el huerto particular de los caciques, muchos de ellos son herederos del franquismo, ahora convertidos en demócratas constitucionalistas.