Jesús Mª Aragón Samanes, secretario general del Partido Carlista-EKA de Navarra

Verdad, Justicia y Reparación

La justicia de esa reivindicación «Verdad, Justicia, y Reparación» para las víctimas no necesita ni de Indas ni de Marhuendas.

No hacen sino restarle fuerza y credibilidad esos autocalificados como «defensores» de la misma, cuando se valen de la falsedad como medio.

Porque es mentira que no hubiera navarros muertos en Navarra durante la Guerra Civil de 1936-39; los hubo en Tudela, en Pamplona, y en Lumbier; y la causa de esas muertes, de esas víctimas, no fueron «naturales», ni un error, ni un «daño colateral», sino las bombas lanzadas por la aviación republicana sobre ningún «frente de guerra». La existencia de la aviación deja sin sentido esa expresión. Navarra no era una isla, ni un paraíso, ni estaba al margen de lo que sucedía más allá de sus mugas. Navarra estaba inmersa en el contexto general de la guerra, y en esa sobreañadida situación, u ocasión, salió a relucir lo negativo del ser humano (avaricia, malquerencias…) azuzado por el miedo…, y también lo positivo, lo mejor (refugio, cuidado…), como en la vida diaria normal, aunque en una situación más límite.

No quiero ni pensar que los que utilizan esa expresión, «no había frente de guerra», insinúen con ella que la existencia de su pretendido «frente de guerra», hubiese disminuido el número de víctimas, así como la gravedad de la situación.

Las acríticas y obsesivas exigencias de petición de perdón no buscan la reconciliación, la convivencia, sino la humillación, que no contribuye precisamente a la construcción de una sociedad equilibrada. Nunca es suficiente para quien no quiere perdonar.

La «garantía de no repetición» es tarea de todos y cada uno de los miembros de la sociedad de la que formamos parte, con nuestro compromiso personal de respeto, empatía, y honradez en nuestras relaciones sociales y con el medio ambiente en el que desarrollamos nuestra vida.

El abandono del vocabulario franquista, y el no vetar aportaciones que reniegan de la historiografía franquista, ayudarían en el acercamiento a esa buscada y querida verdad histórica posible.

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