Juan Mari Feliu Dord

Yo sí me avergüenzo del PNV

Por no defender lo que en otros tiempos hicieron a la juventud por hacer política, en defensa de los ideales de una causa que sigue siendo la misma en la actualidad. En mi caso entre los años 1965 a 1985, fueron veinte años de activismo político, con detenciones, cárcel y finalmente el exilio, sin que por ello faltara la ayuda del PNV, fuera militante o con cargos de responsabilidad.

Hoy día me avergüenzo del PNV, al ver, tras la prolongada deriva producida desde la llamada transición, que sigue fielmente el dictado implacable del Gobierno de Madrid en lo que se refiere a la hora de cercenar los impulsos de libertad. Ahora contra los acusados de Segi por hacer política, con unas actuaciones brutales de la Ertzaintza que está bajo su directa responsabilidad.

Me faltan palabras adecuadas para responder al presidente del PNV, Sr. Ortuzar, cuando critica que EH Bildu se está preocupando demasiado por los presos, como si fuera algo normal dejar pasar el tiempo. A qué espera, cuando tiene en sus manos posibles soluciones para que el conflicto vaya por un cauce resolutivo.

Me avergüenzo del PNV finalmente por sus intereses políticos que miran a Madrid, su parsimonia en el día a día, donde no hay garra y la falta de altura para tomar decisiones históricas como las que lideraron en otros tiempos los Agirre, Irujo o Garaikoetxea.

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