Cifras migratorias en busca de un relato

Eustat publicó ayer las cifras relativas a las migraciones en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa durante el año 2021. Se echa en falta, en primer lugar, un análisis y una valoración de lo que estas cifras suponen para la política migratoria del Gobierno de Gasteiz, porque los números apenas dicen nada si no se enmarcan en un relato sobre el tema. La CAV presenta un saldo migratorio positivo de 3.588 personas, pero este dato significa bien poco por sí solo. ¿Encaja con los objetivos de la administración en esta materia? Es difícil saberlo. El hecho de que la noticia vea la luz en pleno mes de agosto, sin valoración política de ningún tipo –la última nota de prensa en el portal de Lakua es del 5 de agosto– ya indica que la migración no es, probablemente, una prioridad.

Con los datos conocidos ayer encima de la mesa, por lo tanto, apenas pueden esbozarse algunas líneas de análisis y plantearse algunas preguntas. En primer lugar, que el saldo migratorio sea positivo es una buena noticia en sí misma, más en un territorio envejecido y de baja natalidad. Pero la cifra no es para echar cohetes, es la más pobre de los últimos años y queda muy lejos de las registradas en los años previos a la pandemia. Un análisis más profundo requeriría preguntarse por qué emigra la gente de la CAV; porque venir, sigue viniendo como en años anteriores. El problema es que se van más que antes. El año pasado se fueron de la CAV 35.839 personas. En la serie de Eustat, con datos desde 1988, hay un solo año (2013) con una cifra similar de emigraciones.

A falta de conocer más sobre las motivaciones de quienes salen, hay otro dato que llama la atención. Pese a que el porcentaje de personas nacidas en el extranjero en la CAV apenas llega al 11%, este colectivo es responsable del 45% de las emigraciones, lo que da a entender que, pese a ser un foco de atracción en primer término, la CAV no logra retener a muchos de sus nuevos ciudadanos. Quizá haya que reflexionar si un enfoque meramente asistencial sobre la migración es suficiente para satisfacer las legítimas aspiraciones de quien inmigra y para mantener un saldo migratorio positivo como el que requiere Euskal Herria en el futuro.

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