El debate, fundamento de la democracia

El Parlamento de Gasteiz decidió ayer no admitir a trámite una proposición de ley de EH Bildu que pretendía restringir el paso de los altos cargos públicos que finalizan su mandato a la dirección de empresas privadas. Votaron en contra de continuar el trámite los grupos del bipartito, PNV y PSE, a los que se sumó Vox. Apoyó la toma en consideración Elkarrekin Podemos-IU, mientras PP+Cs se abstenía. Lo más llamativo fue que PNV y PSE ni siquiera participaran en el debate, limitándose a explicar su voto cuando ya no cabía el derecho a réplica. Deberían, al menos, haber debatido con la oposición, sobre todo teniendo en cuenta que iban a utilizar el rodillo para deshacerse de la propuesta. Ese debate no se lo deben a los partidos que conforma el Parlamento, sino a la ciudadanía que tiene derecho a conocer las razones de unos y otros, en especial en una cuestión que afecta directamente a los representantes públicos. Debatir forma parte de la esencia de la democracia y esquivar la discusión cuando se tiene además el poder de bloquear una iniciativa denota una actitud autoritaria que no hace sino degradar a las instituciones representativas. Con este tipo de procedimientos las instituciones terminan siendo percibidas como poco útiles para la sociedad, sometidas a los dictados de los partidos en el poder y de los intereses de ciertas empresas.

En cuanto a la oportunidad de la propuesta, sobran los ejemplos de circulación de cargos públicos de la Administración al sector privado. Un salto que resulta lucrativo para el que lo protagoniza, pero que arroja una sombra de duda sobre los objetivos que han guiado su mandato, en el que puede haber servido más a determinados intereses corporativos que al interés general. Sospechas que deterioran todavía más el sistema político y las instituciones.

Evitar el debate en el Parlamento fue un grave error. Profundizar la democracia exige una actitud proactiva a favor de la transparencia, de la rendición de cuentas, pero sobre todo a favor del debate público para que pueda existir una verdadera opinión pública informada.

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