El Día del Orgullo cambia, las demandas permanecen

Este año el Día Internacional del Orgullo LGTBI ha sido bastante diferente en las formas. La pandemia no ha permitido que se celebraran las habituales manifestaciones grandes y coloridas. En su lugar, el protagonismo ha corrido a cargo de la bandera arcoíris y de la celebración de otro tipo de actos, como mosaicos y bailes, que fueron organizados respetando las recomendaciones sanitarias. También ha resultado atípico que se celebre en medio de una campaña electoral, lo que ha provocado que, por un día, aumentara significativamente el número de mensajes de políticos apoyando las reivindicaciones de las personas y colectivos LGTBI. Un Día del Orgullo atípico para un año también atípico.

Una jornada diferente en la que, sin embargo, se han vuelto a escuchar las mismas reivindicaciones de años anteriores. Los derechos de las personas LGTBI siguen siendo vulnerados en muchos países del mundo y también en Euskal Herria. Las discriminaciones en el ámbito laboral, las agresiones en espacios públicos y el estigma social todavía permanecen en nuestra sociedad y hacen que la vida de las personas LGTBI sea muchas veces muy difícil, como ha ocurrido durante el confinamiento obligatorio de estos últimos meses. Además, el auge de la extrema derecha, con sus mensajes de odio hacia el diferente, condiciona los avances logrados hasta ahora. Es innegable que durante los últimos años se han producido importantes mejoras legales, no obstante, también es cierto que todavía queda mucho camino por recorrer para alcanzar una igualdad  real y efectiva y terminar con toda discriminación.

El Día del Orgullo LGTBI ha servido un año más para certificar el compromiso de la mayoría social con la construcción de una sociedad más abierta y diversa, en la que las personas LGTBI puedan gozar de igualdad y bienestar sin discriminaciones. Hace tiempo que la sociedad vasca entendió que la diversidad es un factor que enriquece al ofrecer nuevas perspectivas de la realidad.

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