Ayer en el Parlamento de Nafarroa se volvió a hablar de salud mental, un aspecto al que hasta hace relativamente poco apenas se prestaba atención. En la actualidad, aunque el interés y los medios han crecido, todavía resultan claramente insuficientes. Los responsables de la empresa Elkarkide, que se dedica a facilitar apoyo a las personas con alguna enfermedad mental para su integración sociolaboral, expusieron las dificultades que encuentran para realizar su labor y reclamaron a las instituciones oportunidades para el desarrollo de negocios que les permitan atender a más personas.

De la comparecencia de los directivos de Elkarkide dos cuestiones destacaron. Por un lado, la falta de actividades en las que emplear a las personas con enfermedades mentales. Elkarkide realiza fundamentalmente trabajos de reparto de publicidad y servicios medioambientales, dos actividades que definieron como negocios residuales en decadencia, lo que les ha obligado a recortar la plantilla y por tanto a reducir la cantidad de personas a las que pueden atender. Ofrecer un empleo a las personas con trastornos mentales no solo permite romper el estigma social, sino que también les da estabilidad social e independencia económica, lo que redunda en una mejora de su salud y en un avance hacia la igualdad. Por otro lado, la comparecencia dibujó el importante impacto que tienen y tendrán las enfermedad mentales. La OMS prevé que sea la primera causa de discapacidad en el futuro. En Nafarroa, en la actualidad, casi una de cada cinco personas con discapacidad lo es por trastorno mental, sin contar con que muchas personas no quieren el reconocimiento de su discapacidad para no sentirse señalados ni cargar con el estigma.

La conciencia sobre la importancia y el impacto de la salud mental ha crecido considerablemente, sobre todo a partir de la pandemia. Sin embargo, los medios que se dedican son todavía claramente insuficientes. Tampoco ayuda a mejorar la salud mental el escaso debate sobre las causas de los trastornos, estrechamente relacionadas con un modo de vida estresante e insostenible. Queda un largo camino por recorrer.