Entre la esperanza y la incertidumbre en Kurdistán
Decisión histórica», «nuevo tiempo» en Kurdistán, son expresiones que se repiten tras el anuncio del PKK sobre el abandono de la lucha armada y su disolución, siguiendo el llamamiento hecho por su líder, Abdullah Öcalan. Sin duda, se trata de una decisión histórica que conlleva la voluntad de eliminar las consecuencias más crudas del conflicto con Turquía. Un conflicto que en su manifestación armada ha durado más de cuatro décadas y ha ocasionado decenas de miles de muertos, desplazados, torturados y encarcelados. En cuanto al tiempo nuevo, está por ver si el Estado turco y su Gobierno tienen esa voluntad mostrada no solo de palabra por la guerrilla kurda.
No se trata de trazar paralelismos pero, en efecto, salvando las distancias, resulta difícil no ver en otros conflictos, como el del Sáhara Occidental o, más cerca aún, en Euskal Herria, por un lado la disposición al diálogo y la resolución pacífica y democrática por parte de aquellos a quienes se les niega toda legitimidad y, por otro, unos poderes siempre reaccionarios y reacios al diálogo. Los obstáculos no van a ser pocos en un Estado que ha demostrado de sobra que no anda con remilgos a la hora de recurrir a las vías represivas y en el que determinados agentes enfrentados entre sí por intereses de poder no dudarán en intentar torpedear el proceso. En entrevista realizada por Dabid Lazkanoiturburu días antes del anuncio del PKK y publicada ayer en este diario, el diputado del partido prokurdo DEM Keskin Bayindir mencionaba el «Estado profundo» al que ni el actual proceso ni los valores que deberían presidirlo le preocupan lo más mínimo. Por eso se antoja más necesario algo que Bayindir pedía en esa entrevista, como es apoyo internacional, desde la convicción de que los derechos no son dádivas de nadie, sino que pertenecen a todas las personas y a los pueblos de los que forman parte.
Está todo por ver, desde el futuro próximo de Öcalan hasta la nueva relación del pueblo kurdo con el Estado o, de momento, con el Gobierno más allá de las conveniencias tácticas de este. Ciertamente, la lucha de los pueblos, además de la esperanza que la mantiene, va acompañada de incertidumbre.