«Errores judiciales» allí, sistema de castigo aquí

La sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que declara injusto el juicio a Arnaldo Otegi y sus compañeros supone la aceptación de que han pasado un total de 31 años de prisión injustamente. En cualquier país del entorno supondría un escándalo, amplificado por su condición de referentes políticos de primer orden, pero en el Estado español y Euskal Herria no lo es. Y la explicación tiene que ver en parte con el reportaje que hoy abre GARA; encarcelar en España a vascos de modo preventivo antes de quedar absueltos, o bien con condenas que luego se revocan, es norma habitual.

En el ámbito internacional hay una expresión estándar para este tipo de situaciones, generalmente puntuales: «Errores judiciales». Uno de los casos más conocidos –al dar pie a la película ‘‘En el nombre del padre’’– es el de los «cuatro de Guilford», que pasaron más de quince años presos, antes de reconocerse su inocencia, por culpa de la necesidad policial británica de imputar un atentado del IRA. El breve listado de este reportaje muestra que en Euskal Herria hay mucho más de cuatro inocentes condenados y que la caracterización de los casos va mucho más allá de errores judiciales o policiales. Encarcelar a la disidencia vasca es una práctica habitual que se articula por resortes muy diferentes, desde farsas policiales –a veces engrasadas por la tortura– a procesos puramente políticos o artimañas legislativas para inflar condenas.

Esta práctica de excepción solapada exige una reflexión multilateral que parta, obviamente, de un Estado español habituado históricamente a usar y abusar de la cárcel como elemento de castigo o de ventaja política. Pero las instituciones vascas también tienen un papel que jugar, dejando de tolerar que sus ciudadanos y ciudadanas sean llevados a prisión de modo sistemático, injusto y luego ni siquiera reparado. No estaría de más una investigación rigurosa que, como la de la tortura, ponga números y caras a esta excepcionalidad tan desapercibida tantos años.

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