Internet, lejos de ser neutral para el clima

Hacer frente a la emergencia climática conlleva una revisión de todas las actividades humanas, no solamente aquellas que a priori son las que mayores cantidades de materiales y energía consumen. A pesar de tener una apariencia más inocua, internet es responsable de consumos crecientes de energía y materias primas, a causa, sobre todo, del gradual aumento de los servicios y las actividades en línea.

Como certeramente apunta el informe sobre la sostenibilidad de internet, elaborado por tres estudiantes de Informática de la UPV-EHU y recogido hoy en GARA, dos son los aspectos a considerar. Por un lado, está la producción de equipos informáticos que conlleva un importante gasto en energía pero también en materiales y, por otro, el uso que de estos equipos se hace, lo que básicamente se traduce en consumo de energía. En cuanto al primer aspecto, internet está lejos de un consumo cero de materiales y queda mucho por mejorar en cuestiones como el diseño y el reciclaje. En relación con las actividades en línea, el desarrollo de la inteligencia artificial (IA) ha supuesto un importante salto cualitativo en el consumo de energía, ya que su funcionamiento requiere no solo de una gran potencia de computación, sino también el uso de datos masivos que han de ser almacenados en grandes repositorios. Por mucho que se hable de «la nube», todos esos componentes están en máquinas físicas que consumen energía no solo al funcionar sino también cuando son refrigeradas. En 2019 esos ordenadores consumieron alrededor del 3% del total del suministro eléctrico mundial.

Muchos medidas se pueden tomar para reducir ese enorme consumo. No obstante, quizás lo más importante sea utilizar la potencia de la inteligencia artificial para fines realmente útiles, como por ejemplo, afinar las previsiones meteorológicas; y abandonar actividades que consumen, además de energía, un enorme talento humano y que solo buscan hacer dinero mejorando, por ejemplo, la eficiencia de los anuncios que se colocan en internet. El afán de lucro está conduciendo al mundo directamente a la catástrofe.

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