La crisis sanitaria golpea con fuerza el empleo

Los datos oficiales del desempleo registrados en el mes de marzo confirman lo que todo el mundo temía: el paro en Hego Euskal Herria ha aumentado mucho y suma 14.364 personas más que hacen un total de 165.578 personas desempleadas. En números absolutos el crecimiento es similar a los registrados durante los peores meses de la crisis de 2008 y en porcentaje supone un incremento de casi un 10%. Sin embargo, la caída en la afiliación a la Seguridad Social dobla holgadamente esa cifra de nuevos desempleados, de modo que, como ocurre con las estadísticas sobre la pandemia, según los datos que se consideren el escenario adquiere nuevos matices. No obstante, las cifras empequeñecen frente a los 6,6 millones de demandantes semanales contabilizados por el Departamento de Trabajo de EEUU. No son datos comparables pero sirven para situar el tremendo impacto de la crisis sanitaria en el empleo de todo el mundo.

Del recuento oficial destaca que pocos han sido los trabajadores despedidos; la mayoría se ha quedado sin trabajo al finalizar el contratos sin que se lo hayan renovado, algo que vuelve a evidenciar la precariedad y la provisionalidad en la que viven y trabajan miles de personas, para las que esta situación de emergencia supone un duro revés. Por otra parte, la evolución del desempleo por sectores apunta a que se ha disparado en el sector servicios mientras en la construcción y en la industria el aumento de desempleados ha sido bastante menor. Así, mientras la industria dota de estabilidad al empleo, la excesiva dependencia del turismo, un sector bastante más volátil, precariza las relaciones laborales.

Es el momento de proteger a toda la gente que la precariedad ha dejado contra las cuerdas: eventuales, desempleados y autónomos. Pero es también tiempo de apuntar tareas pendientes para el futuro, y entre ellas la necesidad de cambiar el modelo de relaciones laborales y también de reducir la volatilidad de nuestro tejido económico.

Bilatu