La plataforma vecinal Usansolo Herria lleva más de 33 años impulsando la desanexión de Usansolo del municipio de Galdakao. Esta legislatura, el gobierno municipal formado por EH Bildu, Auzoak, Usansolo Herria y Podemos puso por fin en marcha el proceso de desanexión y tras una larga y compleja tramitación quedan ya muy pocos pasos para completarlo. Esta semana el Ayuntamiento de Galdakao ha aprobado la memoria de segregación y ya solamente queda el visto bueno de Diputación y Juntas Generales de Bizkaia, y la consulta que se celebrará previsiblemente a finales de marzo. Un proceso largo que finalmente dará su fruto, siempre que consiga, claro está, el visto bueno de la mayoría de los vecinos.

Los procesos de desanexión nunca resultan sencillos por razones que a menudo poco tienen que ver con la voluntad de la comunidad que la solicita. Desde intereses divergentes entre el núcleo y la periferia, los conflictos sobre los límites y recursos, pasando por la relativa pérdida de poder del municipio del que el nuevo ayuntamiento se separa, hasta razones de índole administrativa en instancias superiores, todo dificulta la puesta en marcha del proceso. A pesar de ello, a lo largo y ancho de Euskal Herria comunidades de vecinos todavía siguen demandando la segregación de su núcleo de población, principalmente, porque una gestión más cercana de los asuntos que les atañen resulta mucho más eficiente. Un ayuntamiento propio fomenta una mayor participación vecinal lo que se traduce en que las decisiones cuenten con mayores consensos y se adapten mejor a las necesidades locales.

En este sentido, la decisión del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Galdakao de promover la desanexión de Usansolo es encomiable. Ha dejado de lado cálculos estrechos en aras a impulsar la participación popular, algo que contribuye de manera decisiva a mejorar la democracia y la gobernanza en general. Sería deseable que otros municipios siguieran el ejemplo de Galdakao y dieran cauce a similares demandas de desanexión de sus vecinos.