La especulación con la vivienda coge velocidad

El Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (Coapi) presentó ayer el informe sobre la evolución del mercado inmobiliario durante el segundo trimestre del año en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. Como era de esperar, la pandemia y el posterior confinamiento han reducido mucho las operaciones de compraventa de vivienda durante la primavera de este año; cayeron de manera notable con respecto al primer trimestre (-27,5%) y también con respecto al mismo trimestre del año pasado (prácticamente un -30%).
Sin embargo, no ocurre lo mismo con los precios. A pesar del descenso en el número de contratos cerrados, el precio por metro cuadrado siguió la senda ascendente de los últimos años: aumentó un 2,02%, algo menos que el trimestre anterior, y acumuló una subida del 7,35% en el último año. Una cifra que viene a corroborar, una vez más, que no existe un mercado de vivienda, sino que en su lugar tenemos un mercado inmobiliario que se rige por el ánimo especulativo de sus poderosos agentes. El alquiler de una casa para vivir no ceba la especulación, lo que realmente empuja los precios de este bien de primera necesidad es el dinero que se invierte en la compra de vivienda. Por esa razón, todos los bancos llevan meses vendiendo maravillosos créditos hipotecarios con el único fin de seguir alimentando la especulación inmobiliaria. Tampoco ha sido nada inocente la campaña veraniega contra la ocupación amplificada en los medios de comunicación, seguramente destinada a desterrar miedos y animar a pequeños ahorradores a invertir en inmuebles. Incluso los agentes de la propiedad subrayaron ayer que es una inversión mucho más rentable que la bolsa o la deuda pública.
Los grandes especuladores trabajan duro para hacer olvidar a la gente el estallido de la burbuja inmobiliaria de hace una década y poder inflar otra cuanto antes. Es posible que vean en ella un camino de salida a su actual crisis, aunque, como entonces, solo servirá para que unos pocos acumulen plusvalías mientras la mayoría lo pierde todo.

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