La falta de información desbarata la estrategia

El lunes la consejera de Salud de Lakua, Gotzone Sagardui, informó en el Parlamento de que a partir de ese momento no se recopilarán todos los datos de contagios, solamente los casos con síntomas graves o que pertenezcan a colectivos vulnerables. Ayer algunos titulares ya subrayaban la caída en la transmisión del virus, algo por otra parte lógico, si se ha dejado de contar a todos los que son; y así lo hicieron constar muchas personas en mensajes en las redes sociales.

El problema es que esa falta de información desbarata lo que hasta ahora habían sido los dos principales elementos de la estrategia del Gobierno de Urkullu: la vacunación y el pasaporte covid. Por un lado, si no se recopilan todos los positivos no se puede saber si una persona necesita, por ejemplo, una dosis de refuerzo ahora o dentro de unos meses porque acaba de pasar la covid-19. En consecuencia, su pasaporte tampoco reflejará fielmente si ha cumplido correctamente el protocolo de vacunación: puede que esté incompleto por haber pasado recientemente la enfermedad aunque no conste en ningún registro. Por otro lado, y a juzgar por lo ocurrido a una familia de Donostia, Osakidetza no solo no registra los positivos, sino que además está negando pruebas PCR a quienes las solicitan para tener actualizado su pasaporte covid según exige la normativa comunitaria. Como muestra este último caso, además de desvirtuar el pasaporte y sumir en el caos el proceso de vacunación, el Gobierno de Urkullu tampoco está respetando las recomendaciones de organismos internacionales como el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades, que señala expresamente que el rastreo y las pruebas son esenciales para controlar la transmisión.

Parece que se quiere terminar con la pandemia cuanto antes y como sea, pero la Agencia Europea del Medicamento ya ha advertido de que aún es pronto para considerar la covid como una enfermedad endémica. En esa huida hacia adelante de un Ejecutivo sin plan, será la salud de la ciudadanía la que termine pagando las consecuencias.

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