La pandemia tiene efectos económicos contrapuestos

Cumplidos los seis primeros meses del año empiezan a hacerse públicos los primeros datos sobre la evolución de la economía en este extraño ejercicio condicionado por la pandemia. Ayer se hicieron públicas, por ejemplo, las cifras de compraventa de viviendas que, como era de esperar, han sufrido un desplome muy importante con respecto al mismo periodo del año pasado. Con todo, el frenazo en el mercado inmobiliario era ya evidente hace un año y la pandemia no ha hecho sino agudizarlo. Lógicamente, las incertidumbres sobre el futuro pesan mucho a la hora de realizar grandes inversiones y una vivienda, sin duda, es una compra muy importante en cualquier presupuesto familiar.
No obstante, el efecto de la pandemia no ha sido tan negativo en todos los sectores productivos. Así, mientras algunas actividades se sumergen en una incertidumbre paralizante, otras consiguen aumentar ventas e incluso incrementar los beneficios. Es el caso de las empresas tecnológicas, como Huawei, que ayer anunció una subida de las ventas y de las ganacias durante el primer semestre de este año. La propia compañía daba dos de las claves de estos buenos resultados. Señalaba, por un lado, la importancia que han tenido las tecnologías de la información y la comunicación en la lucha contra la pandemia. Por otro lado, apuntaba que la enfermedad ha inducido cambios que han provocado una demanda adicional. Por ejemplo, el crecimiento exponencial que ha tenido el teletrabajo ha requerido de nuevos equipos informáticos.
En una coyuntura económica negativa se están dado situaciones concretas que son totalmente diferentes. Mientras algunas actividades ven en peligro su futuro, otras están consiguiendo rendimientos extraordinarios. Esa dualidad obliga a las instituciones a modular la intervención pública, que nadie duda que sea necesaria, pero, al mismo tiempo, exige la puesta a punto de un sistema fiscal equitativo que grave esas ganancias excepcionales.  

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