Movilización social contra la impunidad de Israel

El Ejército de Israel continúa matando a sangre fría a los palestinos hambrientos que se acercan a los puntos de reparto de comida gestionados por GHF. Según los últimos datos de las autoridades de Gaza, en quince días han muerto 163 personas y más de 1.500 han resultado heridas en estos centros gestionados por Israel y EEUU, que se han convertido en una trampa donde los civiles son atacados con artillería y tiroteados impunemente. Una trampa para matar palestinos y atemorizar a los supervivientes. De hecho, un informe de la ONU volvió a acusar ayer a Israel de cometer crímenes de guerra y contra la humanidad. 

Las atrocidades de Israel apenas han servido para que los países europeos hayan modificado ligeramente su retórica y hayan pasado de un silencio cómplice a una crítica meliflua que no inquieta excesivamente a los ejecutores del genocidio. Todavía no han tomado ninguna medida de calado para frenar la muerte en Palestina. Emmanuel Macron habló de reconocer al Estado de Palestina en una conferencia internacional apadrinada por el Estado francés y Arabia Saudí que se celebrará la semana que viene, pero ya está enfriando las expectativas. En este contexto de inanición de los Gobiernos de todo el mundo, la sociedad civil está tomando la iniciativa con movilizaciones ciudadanas. Una de ellas es la caravana solidaria con Palestina Sumud (perseverancia, en árabe) que recorre estos días el norte de África con intención de alcanzar el cruce fronterizo de Rafah. La otra ha sido un nuevo intento de la Flotilla de la Libertad de romper el bloqueo ilegal que mantiene Israel sobre Palestina. El barco Madleen fue asaltado en aguas internacionales por el Ejército sionista, y sus doce tripulantes detenidos y enviados a Israel. Cuatro de ellos han aceptado una deportación voluntaria, el resto se negó y ahora aguarda la decisión de los tribunales.

Todas ellas son acciones pacíficas que buscan detener los crímenes del régimen sionista encabezado por Benjamin Netanyahu. Y como acertadamente señaló la relatora especial de Naciones Unidas para Palestina, Francesca Albanese, «no amenazan la seguridad de Israel, sino su impunidad». 

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