Preocupa el deterioro del estado de bienestar

El Sociómetro, la encuesta periódica que realiza el Gobierno de Lakua, refleja en su última entrega que la vivienda se ha convertido en el principal problema para la ciudadanía. Una posición que no ocupaba desde 2007, justo antes de que estallara la burbuja inmobiliario-financiera. Tras el alojamiento aparecen el trabajo y Osakidetza. Como afección personal, sin embargo, los encuestados colocan en primer lugar las cuestiones laborales, a continuación la vivienda y en tercer lugar Osakidetza, que baja en porcentaje con respecto a la encuesta de enero.

Los datos de este Sociómetro revelan que las cuestiones sociales vuelven a situarse en el primer plano de las preocupaciones ciudadanas. Eso indica que se está produciendo un empeoramiento general de las condiciones de vida, causado sobre todo por la carestía de la vida –especialmente en el ámbito de la vivienda–, pero también por la creciente precariedad que coloca las cuestiones laborales en los primeros lugares, a pesar de que las cifras de desempleo se mantienen relativamente estables. Además, las cuestiones sociales adelantan a las relacionadas con la delincuencia y la seguridad, a pesar de los ingentes esfuerzos que algunas fuerzas están invirtiendo en asustar a la ciudadanía. Esa presión ha logrado, en parte, su objetivo, ya que la percepción de inseguridad está bastante por encima de lo que las estadísticas de delitos indican. Los resultados coinciden con una reciente encuesta del CIS en la que casi nueve de cada diez encuestados mostraba su preocupación por las desigualdades sociales, más de la mitad aseguraba que la desigualdad ha aumentado en los últimos diez años y casi un 55% creía que crecerán todavía más en los próximos diez años.

Las encuestas reflejan que las políticas neoliberales están socavando las condiciones de vida y los derechos sociales a una velocidad sin precedentes. Es previsible que este proceso se acelere tras el giro militarista dado por los países de la OTAN. Ante esta ofensiva, el énfasis de la izquierda por conservar el estado de bienestar y las prestaciones sociales ya no resulta suficiente. Hacen falta propuestas en clave ofensiva.

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