Sanders frente a la calamidad de Trump

A medida que se acerca la elección que determinará la persona y las políticas del cargo más poderoso del mundo, el de presidente de EEUU, va cogiendo fuerza la posibilidad de que Bernie Sanders sea el candidato demócrata que se enfrente finalmente a Donald Trump. El veterano socialista siempre ha estado del lado de la justicia, en los 60 en favor de los derechos civiles, en los 80 creando un santuario para la comunidad LGTBQ en la ciudad de Burlington que gobernaba y en 2002 votando contra la guerra de Irak. Pero no pocos demócratas y comentaristas han alzado la voz de alarma reclamando que es imposible que un candidato tan «radical y extremista» pueda ganar a Trump; creen que eso condenaría al Partido para toda una generación.

Esos mismos sectores ya visualizan el contraataque de Trump contra Sanders, la utilización demagógica de la carta de un candidato que se autoproclama «socialista», que subiría impuestos hasta hacer emigrar a los millonarios, que haría aumentar el paro, arruinaría el mercado de valores y descarrilaría sus «brillantes» guerras comerciales. Según Trump, la situación económica es de color rosa y va viento en popa. Además, acaba de alcanzar el grado de aprobación más alto en todo su mandato.

Pero la de Sanders no solo es una elección pragmática, también puede ser la única opción viable frente a Trump. Aunque las clases trabajadoras y los populistas de distinto signo no sean socialistas, Sanders tiene la capacidad de hablar su mismo lenguaje. Además, su estrategia es inteligente y potencialmente ganadora. Frente a una calamidad como Trump nadie puede tener éxito solo. Esa es la razón por la que Sanders está construyendo una coalición de base entre generaciones y razas, vibrante y movilizada, que apoye a la clase trabajadora. No tiene sus manos atadas a corporaciones y super ricos, sino a los millones de estadounidenses que merecen tener la palabra en su gobierno y en su economía. Hay muchos candidatos para presidente, pero solo uno de su lado.

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