«Sus últimos días fuera de la jaula de hierro»
Tras casi cincuenta años de encarcelamiento, ayer el activista indígena Leonard Peltier fue liberado de la prisión en la que estaba, en Florida, y regresó a la reserva de su pueblo natal en Dakota del Norte, donde deberá cumplir lo que le queda de condena bajo arresto domiciliario. Eso es lo que determinó la conmutación de su pena –que no indulto–, firmada por Joe Biden en una de sus últimas decisiones como presidente de EEUU.
Peltier tiene 80 años y es uno de los indígenas que de niño fue forzado a abandonar su comunidad y fue internado en una de esas escuelas de reeducación en las que vejaron, pegaron y violaron a los niños y niñas raptados. En 1975 fue condenado a dos cadenas perpetuas acusado de la muerte de dos agentes del FBI en un tiroteo en el que también murió el joven indígena Joseph Stuntz. El juicio estuvo plagado de irregularidades, con testigos que declararon bajo amenazas, según aceptaron ellos mismos. Peltier siempre ha defendido que era inocente. Desde Amnistía Internacional hasta cientos de líderes de tribus, de académicos y artistas han pedido su liberación, tanto por razones humanitarias como por políticas.
Mumia Abu-Jamal, preso político condenado a pena de muerte en otro juicio injusto, celebró la noticia y dijo que «es algo maravilloso y gozoso escuchar que Leonard Peltier pasará sus últimos días fuera de la jaula de hierro, esa jaula que lo retuvo durante casi cinco décadas». Desde la cárcel en Pensilvania, el antiguo líder de las Panteras Negras afirmó que «las buenas noticias a veces llegan cuando menos las esperamos». En más de una ocasión Angela Davis ha comentado que si se pone en marcha «el proceso de eliminar el racismo estructural, sin lugar a dudas se debe empezar por las cárceles». Evidentemente, este nuevo mandato de Trump no responde a ese momento político, pero no deja de ser necesario recordarlo también ahora. Como lo es denunciar que condenas como la que ha padecido Peltier y que sufre Abu-Jamal buscan ser ejemplarizantes contra sus luchas y no responden a un principio de justicia, sino de venganza. Cuando el mundo se polariza, es importante elegir el lado de la justicia y la libertad.